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domingo, 27 de marzo de 2011

Infección urinaria

La infección urinaria es la más común de todas las infecciones bacterianas. Abarca una variedad de cuadros clínicos cuyas manifestaciones dependerán de los mecanismos de defensa de quien la padece y del grado de agresividad y cantidad de bacterias que causa la infección.
La mayoría de las bacterias responsables de esta patología provienen del intestino grueso y entran en la vejiga en forma ascendente luego de haberse instalado inicialmente en la uretra, es decir, colonizan la zona uretral y periuretral.
El aparato urinario posee mecanismos de defensa frente a la agresión de bacterias a través del flujo constante de orina que actúa por arrastre, por la presencia de receptores presentes en las células de la mucosa urinaria que son capaces de atrapar a las bacterias y por la acción de sustancias o moléculas bactericidas (destruyen a las bacterias) en la orina.
Si las bacterias vencen estas defensas ganan y generan una respuesta inflamatoria en el individuo (al que llamamos huésped) que de acuerdo a la magnitud y localización de la misma la infección se manifestará como:

  • Pielonefritis aguda
  • Cistitis aguda
  • Bacteriuria asintomática
Pielonefritis aguda

Es la inflamación de la pelvis renal (vía urinaria alta) y del riñón causada por una infección.
Se caracteriza por presentar dolor lumbar unilateral o bilateral (de uno o ambos riñones) que se puede extender al abdomen inferior (bajo vientre) asociado a fiebre, escalofríos, náuseas y vómitos.
Puede asociarse a cistitis.
La pielonefritis aguda se trata con antibióticos durante 10 a 14 días. Dependiendo de la presencia de factores de riesgo y gravedad del cuadro podrá requerir de internación hospitalaria, estudios complementarios y antibióticos endovenosos.

Cistitis aguda

Es la inflamación de la vejiga. La cistitis aguda bacteriana es la inflamación de la vejiga causada por una infección.
Habitualmente se caracteriza por ardor intenso al orinar, aumento de la frecuencia al orinar, a veces incontinencia de orina y con menor frecuencia por la aparición de sangre en la orina (hematuria)..
Es más frecuente en las mujeres en edad sexualmente activa. Cuando es recurrente, es decir que repite más de dos o tres episodios en el año, una vez descartadas las alteraciones anatómicas se las vincula con una predisposición biológica a padecerlas y con las relaciones sexuales (cistitis postcoital).
El tratamiento habitual consiste en antibióticos por un período de 3 o 7 días asociados a analgésicos o antiespasmódicos urinarios.
La duración del tratamiento dependerá de si hay factores de riesgo que serán evaluados por el médico.

Bacteriuria asintomática

Es la presencia de bacterias en la orina en ausencia de signos y síntomas de infección urinaria.

Diagnostico de una infección urinaria

Para el adecuado diagnóstico se solicitará una muestra de orina en condiciones estériles (urocultivo) preferentemente la primera orina de la mañana procedente del chorro medio de la micción previa higiene de los genitales externos (los laboratorios de análisis bacteriológicos entregan las instrucciones escritas para la adecuada recolección, conservación y transporte de la muestra)

Bacterias causantes de infecciones urinarias

En la infección urinaria adquirida en la comunidad el microorganismo más frecuentemente aislado se denomina Escherichia Coli (80%). Otras bacterias involucradas: Klebsiella Pneumoniae, Proteus Mirabilis, Staphylococcus Saprophyticu, Enterococo Faecalis.
En las personas hospitalizadas con enfermedades que alteren sus mecanismos de defensa las infecciones urinarias pueden ser causadas por otras bacterias que pueden ser más resistentes a los tratamientos.

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